Situándonos en el mojón del primer alto que nos encontramos (Alto de la Portiella), dejando a nuestra derecha el Pico Caborno que acabamos de bordear y mirando al noroeste podemos distinguir los prados de Besapié, una de las tres brañas vaqueiras que poblaron esta sierra y que hoy están prácticamente deshabitada.
Debajo de Besapié termina La Muria, la cordillera que tenemos en frente (hay quien dice ver fosilizadas pezuñas de dinosaurios en las rocas que sustentan esa sierra…difícil de creer, aunque por aquí pisamos el más viejo paleozoico) alli, ocultos de nuestra mirada se juntan dos riachuelos que dan origen al rio Barcena y a la pradería de la segunda braña, Curriellos.
El tercer asentamiento, El Concellin, situado entre Curriellos y la media ladera de Caborno, tampoco es visible desde esta posición.
Quinientos metros llanos nos separan de la Paradiella, lugar que conserva los cimientos de una antigua ermita. Otros 500 metros de subida a Picaratos nos darán la altura para llegar con suaves desniveles hasta el Puerto del Palo y la elevación para dominar un amplio panorama sobre la Cordillera Cantabrica, Los Picos de Europa, el mar Cantabrico, Galicia, etc.
Apuntamos por último Recuebanos, la coqueta laguna que precede a los Hospitales. Como cada ciudad tiene sus calles con sus números, en estos parajes ganaderos cada accidente del terreno, cada roca, cada esquina tiene su nombre, de tal forma que un habitante de la zona podía informar de lo acontecido en el lugar preciso.